La motivación en el trabajo es fundamental para que los trabajadores de una empresa encaren sus responsabilidades diarias. En ese sentido, resulta determinada los mensajes que la figura del líder transmita al resto del equipo. En el post de hoy nos vamos a centrar en ese segundo punto y que está relacionado con las técnicas que se pueden poner en práctica para aumentar la motivación de un grupo y lograr alcanzar los objetivos comunes.
La motivación no es únicamente infundir ánimo para realizar una tarea; sino que para que realmente funcione debe incluir elementos clave como el compromiso y la confianza, entre otros.
¡Las 5 claves para motivar a tu equipo!
Está demostrado que los equipos de trabajo motivados son más productivos y obtienen mejores resultados. Esto se debe a que la motivación es un reflejo del nivel de bienestar que ese trabajador tiene en su lugar de trabajo. Existen algunas técnicas que aumentan el nivel de motivación, veamos a continuación cuáles son:
- Delegar para dar mayor autonomía: Una de las mejores formas de motivar a un equipo es delegando responsabilidades en ellos para que logren un nivel de autonomía que les haga sentir cómodos. Los métodos tradicionales en los que se ejercía demasiado control sobre el trabajador se ha demostrado que no son eficaces y que desmotivan a la plantilla, ya que son una muestra de desconfianza. En cambio, si se le da un mayor margen de actuación, su autoestima se reforzará e intentarán dar lo mejor de sí mismos.
- Reconocimiento adecuado: cuando hablamos de reconocimiento no nos referimos al elogio fácil y carente de significado. Estamos hablando de dar el consejo justo, la palabra idónea o el gesto adecuado que se requiere en un determinado momento para que el trabajador persevere en sus actividades. De lo contrario, el trabajador pensará que su jefe no valora su esfuerzo y perderá interés.
- Fomentar el ambiente laboral: En el lugar de trabajo es habitual que se tejan relaciones entre compañeros. El líder del equipo debe fomentar que las relaciones sean sanas y aporten algo positivo al grupo. Para ello, puede optar por realizar actividades en grupo que fomenten la integración o realizar sesiones de coaching si detecta algún problema de convivencia. El lado opuesto, sería los líderes que fomentan la rivalidad y la competitividad entre compañeros de trabajo motivado por un interés propio. El resultado no será otro que la desunión dentro del grupo.
- Fijar metas: otra de las tareas de un líder es dejar claras las metas que debe alcanzar el grupo. Cuando un trabajador sabe exactamente lo que debe hacer, se esfuerza más en conseguirlo. Sin embargo, se logrará el efecto contrario si un día se le da una indicación y a los pocos días se le da otra. De esa manera, únicamente se logrará su desconcierto. Has pensado alguna vez, ¿cómo reaccionarías ante un jefe que cambia de opinión constantemente sin ningún criterio? Probablemente, estarías completamente desmotivado y no creerías en el proyecto que tenéis en común.
- Incentivos y promociones: otra de las formas de reconocer el esfuerzo de un trabajador es incentivándolos a que den lo mejor de sí mismos por el bien común. Los incentivos pueden ser económicos, o bien tratarse de más días de descanso y vacaciones, jornadas de trabajo más cortas, etc. También puede premiarse el esfuerzo, mediante un ascenso a un puesto de mayor responsabilidad que le permita mejorar sus condiciones laborales.