El Job Crafting es una técnica que potencia a cada trabajador para que saque lo mejor de sí mismo en su entorno laboral.
La realidad es que el trabajo perfecto no existe, siempre hay algún «pero», algo que no termina de encajar o que se podría mejorar… Por esa razón, cada vez son más los profesionales que se apuntan al Job Crafting, o lo que es lo mismo, rediseñar su puesto de trabajo para convertirlo en el trabajo de sus sueños. ¿Quieres aprender cómo funciona esta innovadora técnica? ¡Sigue leyendo!
Se trata de darle un nuevo enfoque a un puesto de trabajo para que se adapte mejor a las necesidades y aspiraciones profesionales de cada individuo. Ya sabemos que no existe el rendimiento perfecto, que los trabajadores necesitan descansar pero también es verdad que mientras más cómodo se sienta uno en su trabajo, mejor lo hará. En este punto es donde entra el job crafting para encontrar el puesto de trabajo ideal para persona.
Imagina que cada miembro del equipo de tu empresa se ubique en el puesto clave para que pueda explotar su máximo potencial y dar lo mejor de sí. Indudablemente su rendimiento aumentaría y con él la productividad de la empresa. Pues eso es precisamente lo que el job crafting intenta lograr. Llevado a la práctica puede abarcar desde pequeños cambios en la dinámica diaria a cambios sustanciales que modifiquen las competencias asignadas a cada empleado.
Desde que se creó en 2001, el Job Crafting ha ido evolucionando para adaptarse mejor a los contextos en los que se aplica. Para que esta técnica fuese más efectiva se han creado 3 tipos en función de los aspectos personales que se pretenden reforzar, veamos cuáles son:
Esta técnica puede ponerse en marcha dentro de cualquier empresa y el cambio puede fomentarse por los directivos, pero también por los empleados, así que no hay que esperar a que ellos tomen la iniciativa, puede ser una propuesta de mejora que surja de los propios empleados.
El primer paso es un proceso de autoconocimiento y evaluación en el que se debe responder a preguntas como: ¿qué es lo que más me gusta de mi trabajo? ¿Qué podría cambiar para que mi rutina diaria mejorara? ¿qué se me da realmente bien?
El ejercicio de autoconocimiento es el primer paso para aplicar la técnica de Job Crafting. Es importante que reflexiones sobre qué te gusta hacer, qué tareas se te dan mejor y te aportan una mayor satisfacción. Una vez que sepas en qué dirección quieres ir y conozcas de qué manera puedes lograr una aportación más significativa para la empresa, es el momento de hacer propuestas concretas y argumentadas a tus superiores.
Las empresas que apuestan por el Job Crafting observan como resultados un mejor rendimiento de los empleados, tanto a nivel individual como en equipo. Los trabajadores están más motivados para realizar su trabajo y como consecuencia, la empresa aumenta su productividad. Otras importantes ventajas que se observan tras la aplicación de este método son:
Todas estas ventajas son necesarias para abordar los intereses particulares de una generación de profesionales como los Millennials, que además de buscar unas buenas condiciones salariales, reclaman algo más a sus empleadores. Desean tener un empleo que los motive, sentirse realizados, desarrollar sus inquietudes y colaborar, de alguna manera, en el bienestar de la sociedad. Son personas que no tienen miedo a salir de su zona de confort por ir en busca de unas mejores condiciones laborales. Las empresas deben tomar conciencia de esto y esforzarse para que la estancia y la participación de sus empleados sea lo más satisfactoria posible si desean atraer y fidelizar a los mejores talentos.
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