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¿Estás enamorado de tu trabajo?

¿Estás enamorado de tu trabajo?

Celebramos este 14 de febrero, Día de San Valentín, haciéndote una pregunta, ¿estás enamorado de tu trabajo?

En el post de hoy vamos a ayudarte a descubrir si realmente estás enamorado de tu trabajo o ha llegado el momento de buscar un nuevo empleo. ¡Comenzamos!

«Ama tu trabajo y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida»

Seguro que has visto más de una vez esta frase en Instagram, en un discurso motivacional o escrita en una taza. Eso se de debe a que la presión social sobre el amor no afecta únicamente a las relaciones personales, sino que también interfiere en nuestras relaciones laborales.

Es normal que te cuestiones y tengas dudas sobre si la carrera profesional que has elegido te hace feliz, si realmente te gusta lo que haces… Hoy vamos a intentar responder a esas preguntas, pero antes tenemos que entender qué es el amor.

Para ello, utilizaremos la Teoría triangular del amor de Sternberg. De acuerdo con lo que dice este autor, el amor se modela a partir de 3 vértices: intimidad, pasión y compromiso.

  • La intimidad hace referencia a la conexión y la cercanía con la persona amada.
  • La pasión a la atracción física y todo lo que conlleva.
  • Mientras que el tercer vértice, el compromiso, hace referencia al mantenimiento de ese amor a lo largo del tiempo. A ese compromiso que tienes con la otra persona, incluso con la sociedad.

A partir de estos 3 vértices, aparecen 7 formas de amor. No obstante, nosotros nos vamos a centrar hoy en el amor por el trabajo.

El amor por el trabajo

Intimidad = Realización

La conexión con el trabajo se llama realización. Ya que es la alineación de nuestro trabajo con nuestro propósito.

Pasión = Entrega

La pasión en el ámbito laboral se puede denominar entrega. Lo que tiene que ver con el desempeño, por la obsesión por el trabajo bien hecho. Y como todo en esta vida, demasiada pasión puede traer consecuencias negativas dentro de la relación.

Compromiso = Recompensa

En el mundo laboral ese compromiso se concreta en la firma de un contrato con una empresa. Este compromiso económico es la recompensa por tu realización y tu entrega.

De modo que, podemos concluir que los tres vértices de una relación laboral son: la realización, la entrega y la recompensa.

Para saber si realmente amas tu trabajo, deberías responder a estas tres preguntas:

Realización: ¿Te gusta lo haces y se te da bien?

Entrega: ¿Trabajas día a día y das lo mejor de ti para sacar el trabajo adelante?

Recompensa: ¿Tu trabajo te da la estabilidad económica y emocional que necesitas para ser feliz?

¿Qué has respondido?

Dependiendo de lo que hayas respondido, sabrás si realmente estás enamorado de tu trabajo o ha llegado el momento de buscar un nuevo reto profesional.

Únicamente realización = Afición

Si tu trabajo te gusta y te hace sentir bien pero solo puedes dedicarles algunos momentos al día y no te da dinero, no es un trabajo, es un hobby. Si le añades alguno de los otros elementos, tu relación puede avanzar hacia algo más, pero de momento es solo eso.

Únicamente entrega = Trabajo basura

Si echas muchas horas en el trabajo pero sientes que tu esfuerzo no está siendo recompensado económicamente y tampoco te permite tener la estabilidad que necesitas; estás en lo que popularmente se conoce como un trabajo basura. En esta relación eres tú el único que aporta y seguramente también te sientes atrapado dentro de ella por necesidad.

Solo compromiso = Espantapájaros

Si vas al trabajo por obligación, pero no te gusta, ni te esfuerzas, es que estás en una relación espantapájaros. Este tipo de relaciones son muy comunes en el ámbito laboral y con el paso del tiempo terminan pasando factura.

Entrega + Compromiso = Mercenario

Si te entregas en tu trabajo y lo das todo, pero solo lo haces por el dinero, estás en una relación mercenaria, haces lo que te toca y punto, sin emociones. Es una visión utilitaria del trabajo que resulta también muy común. Probablemente en tu tiempo libre te dediques a alguna afición que es la que realmente te llena.

Realización + Entrega = Voluntariado

Si te gusta tu trabajo y te esfuerzas en hacerlo bien, pero no lograr el dinero ni la estabilidad que necesitas; o eres un voluntario o es que estás regalando tu tiempo con la esperanza de que en algún momento la otra parte se comprometa y te ofrezca esa estabilidad que tanto anhelas. Debes ser muy cauto con este tipo de relaciones porque puedes verte atrapado en una relación que no avanza. Es importante que luches por lo que consideras que mereces, pero si ves que te está afectando a otro nivel, es el momento de emprender un nuevo reto laboral en otra empresa.

Relación + Compromiso = Rockstar

Si tu trabajo te gusta, no te supone ningún esfuerzo, ni te matas a trabajar y además te pagan bien, eres una estrella del rock. Haces lo que estipula tu contrato y listo. ¡Qué viva en rock and roll!

Realización + Entrega + Compromiso = Amor

Si te gusta tu trabajo, te esfuerzas cada día en dar lo mejor de ti y tienes un contrato que te permite disfrutar de la estabilidad económica y emocional que necesitas… ¡Enhorabuena! Lo que existe entre tu trabajo y tú es una relación de amor en toda regla.

Este ejercicio puede ayudarte a valorar tu situación profesional y las alternativas disponibles. Lo interesante es que sepas si estás en el camino de lograr el trabajo de tus sueños, ya lo estás disfrutando o, si por el contrario, ha llegado el momento de tomar decisiones y buscar nuevos retos profesionales. Si ese es tu caso, te recomendamos que eches un vistazo a las ofertas de empleo que publicamos en nuestro portal.

Fuente: Chechu Salas (Psicólogo)

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